En un mundo en el que la tecnología de los RR. HH. no para de evolucionar y en que se están expandiendo constantemente los límites de lo posible, hay un principio que no cambia: la IA ética. No se trata solo de innovar, sino también de aprovechar el potencial de la inteligencia artificial con integridad y empatía. En el punto de encuentro entre los recursos humanos y la IA más puntera se encuentra la coyuntura crucial que puede redefinir la experiencia de empleado. Ahí es donde la IA ética se convierte en un catalizador que genera un lugar de trabajo que de verdad entiende, apoya y empodera a sus empleados.
La inteligencia artificial también se puede usar para la automatización de procesos, de forma que podamos optimizar nuestro trabajo y ganar eficiencia. Por otro lado, podemos identificar correlaciones que no resultan evidentes; si lo fueran, la inteligencia humana sería más que suficiente.
Cuando se combinan estos dos factores, se pueden mejorar enormemente nuestros procesos de los RR. HH., pero el algoritmo no tiene pensamiento propio. Por eso, es fundamental hablar de la ética y pensar cómo se puede incorporar un comportamiento del algoritmo en la fase de diseño.
No podemos ignorar que la IA crea incertidumbre y riesgos, y el campo de la RR. HH. no es ninguna excepción.
Un ejemplo que se comenta habitualmente es el uso de datos de personas sin filtrar para un algoritmo de selección de personal que provoca discriminación por razón de sexo. Este tipo de situación se ha producido porque, a menudo, la programación de la IA se basa en tener muchos datos y buscar patrones repetitivos en dichos datos históricos. Los datos pueden reflejar realidades desfasadas; por ejemplo, que la mayoría de las personas que ostentan determinados puestos son hombres.
Por este motivo, las empresas que utilizan la automatización tienen la responsabilidad de aunar a ingenieros de datos, profesionales de RR. HH. y profesionales de la ética para poder utilizar esta tecnología de forma eficaz.
Hay numerosos motivos para innovar en esta área, ya que estos elementos se han vuelto más evidentes últimamente:
- Velocidad
- Volumen
- Cambios rápidos
- Las limitaciones de los procesos manuales tradicionales
Por ejemplo, imaginemos una empresa que quiere adaptarse al cambio y adopta una estrategia de formación basada en el reciclaje de habilidades. Un proceso manual está limitado tanto en capacidad como en calidad; por tanto, la automatización de los procesos de IA nos ayudará a gestionar estos procesos con mayor rapidez, garantizando que sean útiles.
Pero, para lograrlo, los departamentos de RR. HH. deben actualizarse y convertirse en “expertos” en IA o, para ser más precisos, usuarios expertos de la IA. Estos son dos aspectos más importantes que hay que tener en cuenta:
- Selección de los datos adecuados: ¿Qué datos vamos a usar para crear estos algoritmos? Si usamos datos históricos, puede tener consecuencias que debemos tener en cuenta durante el diseño.
- Uso del algoritmo: cuando se haya implementado el algoritmo, sus usuarios, es decir, los equipos de RR. HH., tendrán que saber cómo funciona la IA para evaluar la precisión de sus resultados, corregir los errores, reducir el riesgo y ayudar a mejorar la IA.
Este fenómeno conllevará la creación de nuevos empleos dentro de los departamentos de RR. HH., a la vez que les ofrece una oportunidad única de ampliar sus habilidades, mejorándolas y reciclándolas.
En Cornerstone, estamos dedicados a innovar en el campo de la ética. Para ello, se deben recordar estos siete requisitos para lograr una IA ética — acción y supervisión humanas, solidez y seguridad técnicas, privacidad y control de datos, transparencia, diversidad, justicia y ausencia de discriminación, y bienestar y responsabilidad social y medioambiental.
La IA es una herramienta muy potente. Cómo se usa depende de nosotros, los profesionales de RR. HH.
Descubre cómo nuestras soluciones de IA de Cornerstone combinan la tecnología punta con una integridad inquebrantable para revolucionar el mundo laboral.